Delirio bostero: Bianchi Presidente

…y un día volvió Bianchi a Boca. Los juntó a todos y sin papeles ni machetes les dio el discurso que mejor dice. Que sos buenísimo, que sos mucho mejor de lo que vos pensás. Que no hay secretos ni fórmulas mágicas que vengan a salvarte. Que es sólo cuestión de creer que se puede hasta saber que se puede. Que es necesario poner todo tu esfuerzo y concentración. Que te van a criticar y hasta desmerecer. Que vas a necesitar toda tu humildad para ignorarlos y seguir adelante. Que no importa lo que digan los otros cuando te acompaña la certeza de que dentro de ti vas a encontrar lo que te hace falta. Que si te proponés un objetivo claro y trabajás fuerte y sin distraerte, tarde o temprano lo vas a lograr.
Y lo escucharon. Y le creyeron. Llevaron esa ideología a Chile, a Ecuador, a Colombia, a Brasil, a Japón. Y regresaron con el pecho lleno de gloria y alegría. Y todavía no empecé a hablar de fútbol.
Muchos son los que se preguntan por qué no hay jugadores de Boca en la selección. Hombres que no se disminuyen frente a la divisa extranjera. Que igual se comportan en el potrero de la villa que en el lujo asiático de Yokohama. Hombres a los que no les tiembla el pulso cuando hay que patear los penales que separan la amargura de la felicidad. Hombres definidos en las palabras de nuestro mayor poeta gaucho: toros en su rodeo y torazos en rodeo ajeno. Hombres por los que vale la pena madrugar. Y al que madruga, no se le escapa la tortuga.
Con esas credenciales, ninguno nos representa cuando hay que defender la camiseta nacional.
¿Qué hay que hacer? ¿Rebelarse contra esta dictadura futbolística de la AFA, designar de una vez por todas la República de la Boca, reclamar una silla en las Naciones Unidas y un lugar en las eliminatorias? Bandera ya tenemos. Himnos, nos sobran. Líder: ni hablar.
Por supuesto que no. No es cuestión de dividir. Y los argentinos sabemos que como todas las dictaduras, ésta también se va a acabar, se va a acabar. Como pidió Bianchi a los jugadores antes de la final, “habrá que tener paciencia”. ¿Cuándo son las próximas elecciones presidenciales? Ø