Leyenda del folclore guaraní
Entre los indios mocoretaes había uno, joven, aguerrido y valiente, llamado Igtá (hábil nadador) que amaba a la más buena y hermosa de las mujeres de su tribu, Picazú (paloma torcaz), y quería casarse con ella.
Cuenta la leyenda que, en el comienzo de los tiempos, habitaba el río Iguazú una enorme y monstruosa serpiente,
Kirimbatá era hijo del cacique de una tribu de indios timbúes.
Cuenta la leyenda que hace muchísimos años, el heredero del trono del imperio inca se debatía entre la vida y la muerte, siendo víctima de una extraña y misteriosa enfermedad.