Amilcar Brusa 23 de octubre 1922-26 de octubre 2011
El box está de luto. Se fue el último gran maestro del arte de fistiana, Don Amilcar Brusa, santafesino de ley, “viejo lindo y peludo”, como él solía decir, quien supo poner bien en alto al boxeo argentino, con toda la humildad que siempre lo caracterizó y el halago de llevar y hacer realidad el sueño dorado de todo peleador… llegar a ser Campeón Mundial. Y Don Amilcar, con su gran sabiduría, logró algo único: 15 campeonatos mundiales.
Como dice Alberto Cortéz, “Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo”. Para mí en lo personal, se va alguien que fue un gran maestro y amigo. Fueron muchas tardes y noches en las que me mostraba videos de peleas y me explicaba punto por punto lo bueno, lo malo, mostrando virtudes y defectos de los peleadores. Me decía, “Chiquito, un peleador se construye como una casa, de abajo hacia arriba. ¿Cómo le vas a enseñar a tirar golpes si no tiene bien colocadas las piernas?” Bueno, de ésas, muchas cosas más me dejó como enseñanza. Decía, “En el boxeo son muchos los llamados y pocos los elegidos. Si no se tiene talento, la cosa no va. Lo primero que debe hacer un peleador es aprender a defenderse, después a tirar golpes”. Porque también es bien cierto que el que no tira, no gana.
Sin lugar a dudas, su perla más preciada fue Carlos Monzón, quien está considerado, junto al gran “Sugar” Ray Robinson, como uno de los dos mejores pesos medio en la historia del boxeo.
¡Qué hueco enorme nos dejás en nuestros corazones con tu partida, viejito lindo, como entrenador y como persona, con tu bondad y tu sapiencia! Nunca te olvidaremos. Siempre estabas un paso adelante, para extender tu mano amiga. Ahora te nos adelantaste también en el viaje final y la parca te contó los fatídicos 10 segundos. Pero para nosotros seguirás vivo en nuestros corazones.
Chau, Don Amilcar, por allá andarás, en algún ringside del cielo, donde seguramente nos volveremos a encontrar. Desde aquí, en un mensaje hacia el firmamento, te damos las gracias.©