La Entrevista del Mes: Alfredo Olivera, Psicólogo, fundador de Radio La Colifata

Alfredo Olivera“A través de la palabra se reconstituye el sentido de la propia existencia”
Desde su sitio de Internet y con la pomposidad habitual en estos casos, el Hospital Municipal José Tiburcio Borda se presenta como un Hospital Psicoasistencial Interdisciplinario. Si le pregunta a uno de los vecinos que pasa caminando por esa zona de Barracas, le dirán con total soltura y precisión que ahí “es donde encierran a los locos”. Dos definiciones distintas para nombrar a una misma cosa. Lo cierto es que cuesta creer que desde un lugar en donde la penumbra desborda los sótanos y pasillos mal iluminados para impregnar también los jardines y techos aún a plena luz del día, pozo de tanta tristeza y desolación, se pueda generar un espacio de liberación para los encerrados de adentro y de afuera.
Es sábado por la tarde y el hormigueo de cuerpos que rodean a los más que elementales equipos de radio parecen aquietarse; se hace un silencio y una voz que nadie confundiría con la de un acartonado locutor profesional anuncia: "Radio La Colifata, 100.1 FM. ¡La primera estación radial que transmite desde un hospital psiquiátrico!"
Y así comienza otra transmisión de “la radio de los colifas”, un proyecto ideado por el psicólogo Alfredo Olivera y que lleva ya 16 años en el aire.
Olivera comenzó con La Colifata en 1991, fue elegido emprendedor social de Ashoka en 2001, y en 2005 fue declarado Ciudadano Destacado de la Ciudad de Buenos Aires. Pero las condecoraciones más relevantes, sin duda, se las han dado sus “locos” del Borda; los que lo esperan todos los sábados pasado el mediodía para lanzar al aire el programa menos convencional de la radiofonía argentina.

Entre tantas otras actividades que podrías haber desarrollado con los internos del Borda ¿Cómo fue que se te ocurrió la del proyecto radial?
En octubre del año 1990 comencé a ir al Borda como voluntario; yo recién comenzaba la carrera de psicología en la UBA. En ese momento no tenía muy claro qué hacer ahí adentro. Una de las cosas que notaba es que quien vivía en el psiquiátrico no sólo padecía psíquicamente, sino que en la mayoría de los casos además había perdido el contacto con el mundo exterior. Había un gran estado de abandono y de aislamiento social. Es en ese contexto que comienzo a pensar en la idea de una radio como un instrumento que permita llevar la voz de la gente del psiquiátrico al resto de la comunidad. Después, a través del programa de un amigo en una radio comunitaria, surge un espacio en el que cada miércoles se hablaba de algún tema en particular, y al que sumamos la voz de los enfermos psiquiátricos. Al principio, esto causó asombro e interés. En ese momento yo voy al Borda con un grabador y les planteo esto a los internos, les propongo hablar de distintos temas, grabarlos y después transmitir esto por la radio. La primera vez que sale el programa con la intervención de ellos generó tanta inquietud que hubo llamados con preguntas para los internos. Yo grababa las preguntas, y al sábado siguiente comenzábamos la reunión escuchando las preguntas de los oyentes.
Por entonces eso aún no era La Colifata, ¿no?
No, se llamaba La Columna de los Internos del Borda. Pero en el ida y vuelta, los conductores de esta radio comunitaria le piden a los internos que le pongan un nombre a su columna. Así fue que el sábado siguiente les hago escuchar esta propuesta, y enseguida se ponen a discutir nombres. Luego uno de ellos tomó un grabador y fue por el interior del Borda preguntándoles al resto de los internos no ya que nombre le pondrían a esta columna, sino a “su radio”. Este interno graba cerca de 40 posibles nombres, y sólo uno aludía a la locura: La Colifata. Después uno de ellos propuso que fuese la gente, los oyentes, quienes votasen el nombre entre todos los que se habían propuesto. Así que fue la comunidad quien eligió el nombre La Colifata. Así nace Radio La Colifata, la radio de los Internos del Borda, en un punto de encuentro entre los pacientes y la comunidad.
¿Desde dónde y con qué equipamiento se transmitía el show?
Cuando nació La Colifata, todo lo que teníamos era un grabador de periodista. La radio comunitaria que transmitía estos fragmentos, a la que poco después se le agregó otra, la presentaba como La Radio de los Internos del Borda. Sólo tres meses después, en el programa de la mañana de Radio Rock & Pop que conducía Lalo Mir, se comenzó a transmitir el programa de La Colifata. En ese momento, el programa de Lalo era el de mayor audiencia de la radio, lo que hizo que mucha gente creyera que adentro de este oscuro hospital psiquiátrico de no muy buena fama había una “radio”. En realidad todo lo que teníamos era un grabador. Ahí me di cuenta de que no era necesario tener dinero y muchos equipos; con un poco de creatividad podíamos transformar carencia en potencia. Después se suma Nelson Castro, quien además de periodista es médico, y a él le pareció muy interesante el proyecto y también comenzó a difundir las producciones en su programa de la mañana. Gracias a esto, al año y medio de comenzado el proyecto, otra radio comunitaria nos dona una antena, muy rudimentaria, pero que permitía ser captada en el hospital y ahí La Colifata empieza a transmitir todos los sábados desde y hacia el Hospital Borda.
Hasta que finalmente se produce la “salida” de La Colifata hacia el exterior, cosa que, tratándose de un hospital de internos, debe tener también un significado simbólico muy grande...
Sí, pero eso se produce recién cuatro años más tarde, cuando una empresa nos donó un equipo de transmisión un poco más potente, por lo que La Colifata ya podía escucharse en el barrio de Barracas, en donde queda el hospital.
¿Cuál es el diagnóstico de los participantes, qué tipos de alteraciones mentales presentan?
Bueno, eso depende desde dónde se hace el diagnóstico. En su mayoría son personas que han sido diagnosticadas con diversas esquizofrenias, hay otros diagnosticados con trastorno bipolar, depresión... la mayoría de los pacientes que participan en La Colifata son personas que han sido institucionalizadas con diagnóstico psiquiátrico, así que se puede englobar dentro de lo que se conoce como psicosis.
En cuanto a la psicosis de los de afuera con respecto a los psicóticos de adentro ¿se percibe al “loco” como a un personaje peligroso al que hay que enjaular?
En general se construyen distintos mitos alrededor de la locura: el hombre común no sabe cómo conducirse frente a la locura, o le teme, o incluso la idealiza, en ciertos casos. Estos mitos después auspician conductas desde lo cotidiano. Y los medios de comunicación en general participan de esta construcción, que por momentos está ligada a lo criminal, ya que todo acto de barbarie es caracterizado como locura, lo que en la gente genera conductas que refuerzan este aislamiento, por lo que al sufrimiento de la enfermedad mental se le suma el rechazo social. La Colifata es un proyecto que se propone abordar los medios de comunicación para generar espacios de salud.
¿Ha tenido alguna influencia La Colifata en la desestigmatización del “loco” dentro de la sociedad argentina o al menos en parte de ella?
Sí, yo creo que la ha tenido. Si ves que semestralmente llegan más de 650 mensajes al libro de visitas de nuestra página web, más de 200 e-mails destinados a los pacientes, si ves que en suma, tanto en las producciones de radio como las de televisión, superan el millón de potenciales oyentes, que vienen más de mil personas al año a presenciar las transmisiones, y después hacés un análisis cualitativo del contenido de los mensajes, ves que en general lo que tienen en común es lo afectivo y la puesta en juego de alguna reflexión. Uno de los objetivos de La Colifata en lo que se refiere al estigma es intentar generar preguntas allí en donde había certezas, y si aquella certeza liga a la locura con la peligrosidad o por otro lado con la genialidad, tratar de poner en crisis esos discursos, para que la gente pueda reflexionar.
¿Qué efectos terapéuticos tiene esta actividad grupal y creativa de la radio?
A partir de este contacto con la comunidad, a partir de esta realidad vincular, nosotros como terapeutas intervenimos en un proceso de reconstrucción del lazo social. A partir de la socialización se despliegan múltiples aplicaciones psíquicas. Nosotros, un grupo de psicólogos y psiquiatras, acompañamos este proceso en el que los pacientes puedan ir sosteniéndose en la palabra. A través de la palabra, en el encuentro con un otro, se reconstituye el sentido de la propia existencia. La Colifata provee recursos simbólicos, ayuda a reconstruir el lazo social y acompaña procesos de construcción de redes de contención social. Desde un primer momento, en el encuentro de los internos con los oyentes, se generó no sólo la disminución de los prejuicios, la problemática del estigma que produce la locura, sino que gracias a la respuesta social muchos de ellos empezaban a mejorar. Ahí yo empiezo a pensar a La Colifata desde el punto de vista terapéutico.
¿Cómo la pensabas hasta ese momento?
Hasta ahí yo la veía como un instrumento de inclusión, pero cuando empiezo a ver que en lo fenoménico había personas que aparentemente estaban mejor, me empecé a preguntar por qué.
A pesar de la entendible reticencia a entrar en un hospital neuro-psiquiátrico, hay mucha gente en la comunidad que cada semana se acerca a acompañar las trasmisiones en vivo y en directo...
Sí, desde el año pasado el promedio de visita anual al programa de los sábados es de 22 personas. Es decir, hay 22 personas que eligen compartir su sábado por la tarde con los internos del Borda y acompañarlos en la transmisión. Ahí incluso se hacen amigos, generan una vida social. Ahora se está dando algo interesante: un importante porcentaje de los que nos visitan durante las transmisiones son extranjeros. Es raro, como que los turistas que vienen al sur de la ciudad de Buenos Aires van a visitar la cancha de Boca, a comer asado y... ¡a visitar a La Colifata!
El nuevo circuito colifa... Quizás pronto se lo incluya en los folletos de las agencias de turismo.
No, quizás hay gente que viene por eso, saben que hay algo interesante y lo van a ver, pero se sorprenden, porque nadie sale de ahí sintiéndose de la misma manera de la que entró. La experiencia es muy fuerte, por eso a nosotros también nos interesa habilitar un espacio de palabra para que se pueda expresar el visitante, ya que suelen ser momentos muy interesantes.
Alfredo Olivera y colifatosContanos cómo es una típica transmisión de Radio La Colifata.
Todos los sábados a la 1:30 de la tarde comienzan a llegar los coordinadores, que en su mayoría somos psicólogos, psiquiatras y comunicadores, y además hay un músico- terapeuta. Entre todos comenzamos a montar la radio en un patio, al aire libre, lo que permite que puedan venir todos los pacientes que quieran. Se anotan los programas del día, que seleccionan los mismos pacientes, y se realiza la apertura del programa. En ese momento, entre internos y visitantes, hay más de 60 personas. Ahí comienza el Momento Romántico, suele continuar La Fogonera, y se suceden distintos programas entre los que hay espacios de debate, folclóricos, de tango, de deportes, de visitas, y la sección Acuse de Recibo, que es en la que se leen todos los mensajes que le llegan a La Colifata, y ellos los contestan.
¿No sucede que algún interno usa a La Colifata como tribuna para denunciar las condiciones de su internación, deficiencias edilicias, malos tratos, etc?
Sí, claro que sucede, porque si bien el programa se organiza en un pizarrón, ocurren un sinfín de imprevistos que el grupo irá gestionando. Y eso también forma parte del proceso terapéutico.
Teniendo en cuenta que se trata de un proyecto independiente de la estructura directiva del Hospital y que encima genera este tipo de denuncias ¿Cómo han tomado el éxito de La Colifata los directivos del Borda y las autoridades del área de Salud?
A ver... nosotros tenemos un posicionamiento ético básico que pasa por apostar a la difusión de la palabra en nombre propio. Tratándose de personas cuya característica es la alienación, esto no es para nada fácil. Entonces, si nosotros como grupo pretendiéramos utilizar la radio para la denuncia, seguramente lograríamos que cada uno de los pacientes se acerque para denunciar malos tratos o lo que sea. Pero creo que eso no sería ético. Ahora, los pacientes pueden expresarse libremente sobre todos los asuntos que quieran; nosotros lo que hacemos como coordinadores es problematizar. La dirección del Hospital a veces se ha molestado por denuncias de los internos, pero no hay represalias ni castigos ni nada que se le parezca por haberlo hecho.
Hoy en día el modelo de La Colifata se ha esparcido por el mundo y creo que incluso ya hay varios proyectos similares en otros países inspirados en el de ustedes, ¿no?
Sí; La Colifata fue la primera radio del mundo en transmitir desde un hospital psiquiátrico; años después, por la trascendencia mediática de este proyecto, en distintas instituciones de distintos países del mundo se tomó el modelo y lo empezaron a replicar. El año pasado organizamos el primer encuentro mundial de radios realizadas por pacientes de salud mental. Hoy existen tres “Colifatas” en Francia, dos en España, y una en Italia, en Suecia, en Uruguay, en Brasil, en Chile y en Venezuela. Actualmente estamos conformando una red mundial. En marzo viaja un equipo de La Colifata a París para asesorar en la puesta en funcionamiento de un proyecto para trabajar en un centro de salud mental muy grande que hay en Francia.
Leía que cerca de la mitad de los pacientes que han trabajado en la radio han sido externados, y se me ocurrió pensar en que si bien el hecho de ser dado de alta puede verse como algo muy positivo, al mismo tiempo aquellos que no tienen contención en el exterior pueden llegar a pasarla peor afuera que adentro. Por eso quería preguntarte ¿Qué tipo de contención reciben los pacientes que son dados de alta? ¿Cuál es el grado de reinternación?
Nosotros hacemos un seguimiento estadístico de los pacientes que asisten a La Colifata. Anualmente, al menos una vez toman la palabra más de 650 pacientes. Ahora, La Colifata como proyecto terapéutico trabaja con entre 42 y 45 pacientes, personas con las cuales tenemos estrategias de intervención, de los cuales el 50% más o menos está internado, mientras que la otra mitad ya no lo está. Cuando comenzamos a hacer un seguimiento estadístico durante tres años de los pacientes que habían participado en La Colifata y estaban afuera, fuimos notando que entre los que continuaban participando en La Colifata, el índice de reinternación era de menos del 10%, mientras que los que no continuaban en el proyecto presentaban un índice de cerca del 67%, contando a los que al menos una vez habían sido reinternados. Pero ojo que esto marca también la falta de dispositivos entre la sociedad y el hospital psiquiátrico, que es uno de los problemas estructurales de la Argentina. Salen del hospital, pero afuera no encuentran la contención necesaria, entonces son reinternados.
Francis Ford Coppola con colifatosEs increíble que luego de un año como el anterior, con tanta exposición, visitas ilustres y proyectos concretados, comiencen el 2008 con la incertidumbre de saber si se va a poder continuar por falta de financiación...
Sí, en el 2007 nos visitó Francis Ford Coppola, hicimos un disco con Manu Chao, nos recibió el Papa... en fin, somos famosos, pero la verdad es que a veces no tenemos para pagar la luz de la oficina.
La financiación es entonces una de las necesidades más apremiantes en este momento...
Claro, La Colifata tiene un presupuesto anual mínimo de 60 mil dólares. En la actualidad somos un equipo de trece profesionales, por eso lo que necesitamos son fuentes regulares de financiamiento. El problema que tenemos es que muchas veces nos encontramos sin presupuesto, lo que hace muy difícil planificar y sostener todo el trabajo. Ya tenemos más de 16 años de trabajo, se ha demostrado que La Colifata es útil para el colectivo de gente para la que trabaja y su idea se ha replicado en distintos países del mundo... pero para sostener todo eso necesitamos financiamiento. ©

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